sábado, 30 de agosto de 2014

DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN EN COLOMBIA.




Actividad para todos los ciclos,  por favor anexe su aporte, analizando el siguiente articulo. Gracias.


 Por: Estanislao Zuleta*

 La Democracia es un camino bastante largo y propiamente indefinido. Hay un mínimo de condiciones que se pueden denominar como "Derechos Humanos". Pero el derecho no es más que un mínimo, porque de nada sirven los derechos si no tenemos posibilidades. Si sólo tenemos derechos es un mínimo porque el derecho también puede llegar a ser algo muy restringido: que todo el mundo tenga derecho a elegir y ser elegido, ¿aunque ni siquiera sepa leer?. La Democracia consiste en algo más que eso, aunque los derechos son importantes. 

 El derecho fundamental es el derecho a diferir, a ser diferente. Cuando uno no tiene más que el derecho a ser igual, todavía eso no es un derecho.
 Pero además del derecho - decía Carlos Marx- es necesaria la posibilidad. La Democracia va en tres direcciones: la una, es la posibilidad; la otra, es la igualdad; y la otra es la racionalidad. Examinaremos estas direcciones de la Democracia que tienen mucho que ver con el proyecto de apertura democrática, de ampliación de la democracia. 

Porque vivimos en un a democracia muy restringida; por eso hay que ampliarla. La igualdad debe ser una búsqueda económica y cultural. Es casi una burla para una población, decir que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, si no lo son ante la vida. ¿Qué dice la ley? Anatole France dijo en el siglo pasado: "Queda prohibido a ricos y pobres dormir bajo los puentes". Desde luego sólo les queda prohibido a los pobres, porque los ricos no se van a dormir bajo los puentes. Si no hay igualdad ante la vida, la igualdad ante la ley se convierte en una burla. 

 Pero la igualdad ante la vida es algo que es necesario conquistar. Es una tarea, no es un decreto: "Todos son iguales ante la Ley", no se puede decretar, es una búsqueda. La apertura democrática es la búsqueda de una democracia que no sea una burla para la población. Para ello se necesita una actividad que es la que vamos a promover aquí. La podemos llamar "participación", lo cual es una manera de decir. Lo anterior significa que la democracia no se decreta, se logra. Si un pueblo no la conquista por su propia lucha, por su propia actividad, no le va a llegar desde arriba. No hay reformas agrarias que no vengan de una búsqueda de los campesinos, de una organización campesina, de una lucha campesina. 

 La conquista de la democracia supone la organización del pueblo en muchos niveles, se puede hacer en los barrios, en una junta de acción comunal, en las comunidades indígenas, etcétera. Y esta organización es esencial porque es la manera que tiene el pueblo de producir su propia cultura, no sólo de recibirla. Nosotros hablamos mucho de que vamos a dar más educación, a implementar programas de educación a distancia, etcétera, pero no se trata solamente de eso. Se trata de la lucha por una reconquista de algo que se perdió hace mucho tiempo, digamos desde la Edad Media. Hace mucho tiempo que el pueblo dejo de crear cultura. Nosotros ya no tenemos un folclor. Lo hubo en la Edad Media cuando el pueblo creaba verdaderas maravillas culturales: el cancionero español, los cuentos de hadas, las catedrales góticas. Era creador de cultura. Para que pueda ser el pueblo creador de la cultura, es necesario que tenga una vida común. Cuando se dispersa, se atomiza, cuando cada uno vive su miseria en su propio rincón, sin colaboración, sin una empresa y sin un trabajo común, entonces pierde la posibilidad de crear cultura. Ahora puede que la reciba por medio del transistor, de la televisión o por cualquier otro medio, pero como consumidor no como creador.

 Es necesario que el pueblo vuelva a crear cultura. Esto es esencial en una definición moderna de la democracia. Ahora ni crea ni recibe, y no estaría mal que por lo menos recibiera, pero no es suficiente. Tenemos que plantearnos metas altas. Una meta muy interesante es la de un pueblo creador. Esto no se mide por las estadísticas. Las estadísticas nos informan porcentajes acerca de la población que sabe leer y escribir, de la que ha terminado la escuela primaria o el bachillerato, pero eso no es todavía una cultura. La cultura hay que hacerla. Más aún, las estadísticas nos engañan, las estadísticas nos engañan tanto, que es todavía más culto un campesino analfabeta que sepa narrar, contar una cacería, hacer una canoa, hacer una casa de habitación con un estilo propio. Él es mucho más culto que uno de esos bachilleres que estamos fabricando, pero en las estadísticas aparecen como bachilleres. Es más culto un pueblo que produzca algo, que tenga un estilo, que tenga una manera de vivir, pero para eso tiene que organizarse. El pueblo disperso, las masas impotentes, cada cual - como he dicho - refugiados en el rincón de su pequeña miseria sin más relaciones de linderos, de celos, es un pueblo que no produce nada. Es necesario que el pueblo se organice en comunidades de barrios, de campesinos, es decir, comunidades de cualquier tipo porque mientras esté disperso está perdido, está perdido no solamente porque hay tanta miseria - eso también es muy grave - sino porque no tiene una cultura y creatividad propia. Marx decía - y discúlpenme que lo vuelva a citar, pero es muy interesante -, que en el proceso de desarrollo capitalista el trabajador había perdido la inteligencia del proceso, lo cual quiere decir que el hombre que trabaja, que vende una fuerza de trabajo durante ocho horas diarias por un salario, ni siquiera sabe lo que está haciendo, No sabe qué es lo que hace, tampoco para qué se hace ni por qué se hace. En otros términos, no dirige el proceso, ni siquiera lo entiende. Hubo una época en que estaba muy cerca el artesano del arte, ni siquiera había una posibilidad de diferenciar bien. No se distinguía bien un artesano, que hacía un par de zapatos, un violín, un cuadro y que sabía como hacerlo, como un artista. A ese período artesanal ya no podemos volver. El pueblo ya no puede apropiarse de la inteligencia del proceso individualmente, sino por medio de la colaboración, de la comunidad.

Estanislao Zuleta (Medellín3 de febrero de 1935 — Cali17 de febrero de 1990) fue un filósofoescritor y pedagogo colombiano célebre especialmente en el campo de la universidad a la cual dedicó toda su vida profesional. Más allá de sus escritos, ha sido muy apreciado por suoratoria, por la gran cantidad de conferencias que dictó. Dedicado a lafilosofía, la economía, el psicoanálisis y la educación en toda su extensión, dejó tratados sobre pensadores tanto de la antigüedad como del mundo contemporáneo y un pensamiento rico en análisis social e histórico de Colombia y América Latina.